Jhumpa Lahiri, nacida en Reino Unido, de padres bengalíes, pasó su infancia y juventud en Estados Unidos. Es autora de dos libros de relatos aclamados por la crítica y que obtuvieron un enorme éxito de ventas: El intérprete del dolor (1999), que le valió el Premio Pulitzer, el O. Henry Award y el PEN/Hemingway Award, y Tierra desacostumbrada (2008), que fue elegido Mejor Libro del Año 2008 por The New York Times y recibió los premios Frank O. Connor, Asian American Literary Award y el Gregor von Rezzori. También ha publicado novelas como El buen nombre (2003), La hondonada (2013) y Donde me encuentro (Lumen, 2018), el libro de artículos en En otras palabras (2015) y el poemario El cuaderno de Nerina, de próxima aparición en Lumen. En 2012 ingresó en la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras, en 2015 recibió la Medalla Nacional de Humanidades, así como una beca Guggenheim y, en 2017, recibió el PEN/Malamud Award. Ha traducido al inglés las novelas Ataduras y Scherzetto, de Domenico Starnone. Con Cuentos romanos (Lumen, 2023), Jhumpa Lahiri regresa al género que le dio fama en todo el mundo.
Un libro único en el que la ganadora del Premio Pulitzer y del Pen Hemingway da voz a una misteriosa escritora cuyos poemas cuentan una vida sospechosamente parecida a la suya.
En el fondo del cajón de un escritorio de su casa de Roma, la autora halla algunos objetos olvidados por sus anteriores dueños: sellos, un diccionario griego-italiano, botones, postales que nunca se enviaron, la foto de tres mujeres de pie frente a una ventana y un cuaderno fucsia con el nombre de «Nerina' manuscrito en la cubierta. ¿Quién es esa mujer sin apellido? Como una poeta clásica o medieval, o como una enigmática artista del Renacimiento, Nerina escapa a la historia y a la geografía. Apátrida, políglota, culta, escribe en su cuaderno poemas sobre su vida entre Roma, Londres, Calcuta y Boston, sobre su vínculo con el mar, con su familia y con las palabras, y en ellos Jhumpa Lahiri vislumbra una identidad. Entre ella y Nerina, cuya existencia se confía a los versos y a muy pocas pistas más, se da la misma relación que une a algunos poetas con sus dobles, que a veces