Entre los tópicos inicialmente esgrimidos contra esta novela está su carácter popular, su respeto casi periodístico por el habla y las costumbres de los gauchos. Sin embargo, desde el principio mismo del texto se percibe que no estamos ante un retrato localista o una exhaltación ingenua de un tipo social. El relato es moderno por su construcción y ritmo, por su tratamiento de los personajes, por la yuxtaposición de las escenas y por su descripción de la "épica" política. Los personajes parecen extrañamente implicados en los conflictos de su tiempo y a la vez distantes, obedeciendo a impulsos interiores que contrastan con una realidad de fondo.
Ricardo Güiraldes nació en una acaudalada familia en la Argentina que se fue a Francia cuando él cumplió un año. Pasó los primeros cuatros años de su vida en Europa y aprendió a hablar francés y alemán.
Más tarde vivió en Argentina, en una casa en la ciudad y en la estancia La Porteña, en San Antonio de Areco. Su infancia en el campo lo acercó el ambiente gauchesco.
Estudió arquitectura y derecho pero no terminó su formación universitaria. Tuvo entonces una vida de dandy en Europa hasta que se casó con Adelina del Carril en 1913.
Fue amigo de Jorge Luis Borges con quien fundó las revistas Martín Fierro y Proa.